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Cuando hablamos de la implantación de un Plan de Igualdad en la empresa, entendemos que conlleva el desarrollo e instauración de ciertas medidas y buenas prácticas en materia de igualdad en pos de poder actuar y acabar con las posibles desigualdades de género existentes.

La implementación de estos planes (que cuentan con ayudas y subvenciones para su puesta en marcha) no es voluntaria, se contemplan en la ley desde hace años y su incumplimiento conlleva sanciones. Pero esto no debería ser la única motivación por la que tomar medidas, sino que es fundamental recalcar y entender la importancia de la mejora general de la situación laboral de las mujeres.

Para el desarrollo de un Plan de Igualdad es necesario poner en marcha herramientas para el análisis de la situación actual de la empresa, como son la realización de una auditoría retributiva y la formación de una comisión de igualdad. Pero además de esto, es conveniente introducir una serie de buenas prácticas de igualdad que, día a día, promuevan la paridad y mejoren el ambiente de trabajo. A continuación hablamos de algunas de ellas.

En los procesos de selección

Igualdad empresa

En la promoción profesional

En la formación

En la conciliación familiar

Comprobarás los resultados…

El impacto de llevar a cabo estas buenas prácticas de igualdad en la empresa es notablemente positivo. Está demostrado que no sólo se mejora la reputación y la imagen de la empresa, si no que también se atrae y retiene el talento femenino, lo que aumenta la motivación y el compromiso general de toda la plantilla.

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