Puede resultar sorprendente, pero así es: las empresas con un plan de igualdad vigente son todavía una minoría en España. Y eso a pesar de las campañas ministeriales, de las facilidades (incluso económicas), de las cuantiosas sanciones previstas. Y del proverbial afán que impera en nuestro país por cumplir con la ley (se habrá notado la ironía aquí al final…).
Ha pasado ya más de un trimestre desde la fecha límite (el 8 de marzo de 2022) para que las empresas de más de 50 trabajadores cuenten con su propio plan, uniéndose así a las empresas de más de 150 y de 250 empleados, para las que fue obligatorio desde uno y dos años antes respectivamente.
¿Cuántas empresas tienen un plan de igualdad?
Buena pregunta. Lo cierto es que es una realidad poco visible, e incluso hasta cierto punto difícil de averiguar. Los datos más fiables son sin duda los que proceden del REGCON (el registro del Ministerio de trabajo donde precisamente se registran estos y otros acuerdos laborales). Encontramos, a mediados de julio de 2022, 7161 planes de igualdad, tanto acordados como no acordados con los representantes de los trabajadores.
En cuanto al número de empresas, el DIRCE y la Seguridad Social dicen que en estas mismas fechas tenemos en España casi 30000 empresas de más de 50 empleados (26644 de 50 a 249 trabajadores, 2774 de 250 a 499 y 2327 de más de 500, para más señas). Hágase la división: poco más de una cuarta parte del parque empresarial español está al día en este sentido.
Bien es cierto que estos datos (como todos) son muy relativos. Se podría afinar más si consideramos si esos siete millares de cumplidores son grandes compañías o PYMES, o si tomásemos en cuenta el sector de actividad o la localización geográfica. Pero los números son los números, y no engañan. Y lo que nos dicen es realmente preocupante.
¿Por qué casi nadie lo tiene?
Otra buena pregunta. Y seguramente no baste, como hacíamos arriba en tono de (medio) broma, a la picaresca. Lo más probable es que tenga que ver con otros factores, como el hartazgo de la clase empresarial española de tener que someterse a más y más regulaciones, trámites y sus consiguientes desembolsos. Comprensible.
La cuestión económica, por su lado, no parece que deba ser el mayor de los obstáculos. Los presupuestos más ajustados para crear un plan de igualdad rondan los 1200 euros, si bien esto varía mucho en función del tamaño de la empresa, claro está. No obstante, el esfuerzo económico, como los físicos, solo los conoce el que los experimenta en carne propia
También es el momento, tal vez, de hacer algo de autocrítica. Desde las instituciones, porque la puesta en marcha de un plan de igualdad desde cero no es precisamente un trámite sencillo. Desde las asesorías especializadas, que nos esforzamos por hacer el proceso lo más fluido posible, porque no hemos sabido hacer llegar a la sociedad la importancia de estos planes.
¿Qué pasa si no lo tenemos?
Esta es más fácil de contestar, hasta cierto punto. Porque la respuesta inmediata sería que nos van a sancionar; pero parece evidente que no todas las empresas sin plan de igualdad han sido sancionadas… Decíamos arriba que esta falta de complimiento es difícil de ver… ¿O deberíamos decir, por ajustarnos más a la verdad, que es una realidad que no se quiere ver, por evitar conflictividad social?
Por eso, en honor a la verdad sería más preciso decir que estamos expuestos a sufrir cuantiosas sanciones; resumiendo, de 750 a 7500 euros (las leves) y de ahí a más de 200000 euros (las más graves). Poderosas razones para ajustarse a la ley.
Una ley que, por otra parte, tiene toda la justicia detrás. La igualdad entre hombres y mujeres en el trabajo es una batalla que merece la pena lucharse, y probablemente pronto llegue el día en el que nos escandalicemos al saber que una determinada empresa no tiene un plan de igualdad; no será raro que esas empresas sean penalizadas por los empleados a la hora de elegir un puesto de trabajo…
¿Y cómo se hace un plan de igualdad?
Como decíamos antes, implementar un plan de igualdad desde cero y por nuestra cuenta y riesgo no es algo que sea demasiado fácil. Hay que realizar una auditoría retributiva, establecer una comisión de igualdad, designar un agente de igualdad y seguir unos pasos determinados que culminan en el registro del plan mencionado arriba.
El camino más sencillo y rápido pasa, sin lugar a dudas, por acudir a una asesoría legal especializada en igualdad en la empresa y solicitar su ayuda para confeccionar un plan a la medida de nuestra empresa, teniendo en cuenta sus características y necesidades particulares. También nos será de mucha ayuda para dar seguimiento al plan.
Que no te pidan cuentas…
Saltarse la ley es muy emocionante, hasta que te pillan. Entonces llega el llanto y el rechinar de dientes…