La noticia aparecía en los medios en los últimos días de agosto: el Instituto de las Mujeres destina 500.000 para subvencionar las actividades formativas y de asesoría de las organizaciones sindicales relacionadas con planes de igualdad de rango supraautonómico o estatal (aquí está la publicación en la página web del Instituto de las Mujeres).
La polémica está servida. Desde algunos sectores la medida se ha interpretado de manera negativa, mientras que para algunos analistas podría tener un sentido muy concreto: descongestionar la elaboración de planes de igualdad dando un impulso facilitador a la participación de los sindicatos.
Tal vez se haga necesario tratar de arrojar luz sobre todo esto con algo más de detalle, a partir de nuestra experiencia en los entresijos de la creación de planes de igualdad…
El papel de los sindicatos en los planes de igualdad
Tanto la ley como la jurisprudencia, a través de varias sentencias del Tribunal Supremo, han señalado e ido perfilando con mayor claridad el papel de los sindicatos en los procedimientos de elaboración de los planes de igualdad: en ausencia de representación legal unitaria en la empresa, los sindicatos adoptan esa función bajo la forma de comisión sindical.
Esto significa que, en la gran mayoría de los casos, hay que contar con los sindicatos sí o sí en la elaboración de los planes de igualdad como parte integrante de la comisión de igualdad. Para ello, los miembros sindicales de la comisión deberán, con toda lógica, estar versados en los aspectos más técnicos del proceso, como puede ser la auditoría retributiva.
Por otra parte, los sindicatos también cumplen con tareas de consulta y asesoramiento orientadas a los integrantes de la comisión de igualdad, en particular a la parte social o de los trabajadores/as; se da por hecho que la parte empresarial se procurará asesoría legal y técnica (la de una consultora especializada como Igualándote) por sus propios medios.
¿Cuál es el sentido de esta subvención?
Evidentemente, no podemos meternos en la cabeza de los responsables políticos que han tomado esta decisión, pero sí podemos tratar de buscar el sentido sobre el que se sustenta esta decisión. Tal vez la primera pista esté en la propia nota informativa del Instituto de las Mujeres: “los últimos desarrollos reglamentarios en materia de planes de igualdad e igualdad retributiva han supuesto una mayor participación y especialización de las organizaciones sindicales en la materia”.
Es decir, que, llegado el momento de la verdad, cuando todas las empresas españolas de más de 50 personas en plantilla están obligadas a elaborar su plan de igualdad y los sindicatos se ven implicados en el proceso, se comprueba que dichas organizaciones sindicales no cuentan con los medios humanos, técnicos o económicos necesarios para ello, dando a las empresas que solicitan su participación hasta seis meses de espera.
En nuestra experiencia cotidiana trabajando con empresas para elaborar planes de igualdad hemos podido comprobar en primera persona el colapso que sufren ahora mismo los sindicatos. De tal manera que probablemente el gobernante se ha visto en la tesitura (con carácter de urgencia, además) de tener que facilitar a los sindicatos, mediante estas subvenciones, sus funciones de formación y asesoramiento.
Ante todo, mucha calma
Es perfectamente comprensible que desde la clase empresarial hayan surgido algunas voces indignadas, clamando contra el hecho de que las autoridades competentes concedan subvenciones para los sindicatos con una mano mientras aplican sanciones a las empresas con la otra (en lugar de, por ejemplo, facilitar económicamente la elaboración de los planes a dichas empresas).
Es de suponer que los sindicatos favorecidos por la medida emplearán las partidas económicas (que en ningún caso serán inferiores a 10.000 euros) en la capacitación de sus propios miembros, en la ampliación de sus plantillas o en la elaboración de cursos, jornadas, talleres o similares abiertos a los trabajadores/as en general (y tal vez a otras personas u organizaciones interesadas).
En ese sentido, e independientemente de cómo considere cada uno que se deberían administrar el dinero público, la medida puede resultar positiva a medio y largo plazo para que las empresas puedan cumplir con la normativa vigente. Desde esa perspectiva solo cabe recomendar paciencia y, como suele decirse, tener los deberes hechos para poder responder ante cualquier exigencia de responsabilidades.
Ahora, más que nunca, es muy aconsejable contar con asesores independientes
En una situación como esta, presidida por la incertidumbre, lo más recomendable para cualquier empresa ante la tesitura de tener que elaborar su plan de igualdad y se encuentre con la circunstancia del colapso sindicalista es contar con apoyo legal especializado. Consúltanos al respecto.