Un elemento decisivo para el buen funcionamiento de toda organización empresarial es el que deriva del respeto y consideración que se deben entre sí todas y cada una de las personas que conforman su plantilla. Su ausencia sería de hecho caldo de cultivo para el surgimiento de entornos tóxicos capaces de menoscabar tanto la salud de los trabajadores como su adecuado rendimiento laboral. Por desgracia, esta armonía no siempre es fácil de conseguir, pudiendo producirse en ocasiones conductas inapropiadas que, de no cortarse de raíz, lleguen a generar graves problemáticas en el seno de la empresa. Una de estas conductas, quizá la más perniciosa, es el acoso laboral, que puede manifestarse de diferentes formas y a distintos niveles.
Para combatir de forma efectiva el acoso laboral es necesario contar con mecanismos de prevención, detección y gestión adecuados a la especial naturaleza de cada organización empresarial. Desde Igualándote, conscientes de la crucial importancia de esta tarea, te brindamos nuestra amplia experiencia en la gestión de expedientes de acoso laboral en empresas. Nuestra labor al respecto pasa por una exhaustiva intervención en la investigación de los hechos, estableciendo las adecuadas líneas de actuación para, a través de un procedimiento seguido con todas las garantías, descargar de responsabilidad a tu empresa y evitarte de este modo posibles graves sanciones. No lo dudes: contacta con nosotros y te informaremos sin compromiso.
Diferentes formas y niveles de acoso laboral
Son varias las formas en que puede manifestarse el acoso laboral dentro de la empresa, siendo el llamado acoso sexual y el psicológico las dos más habituales. El acoso sexual tiene lugar cuando de forma no consentida, ya sea verbal o físicamente, se atenta contra la libertad sexual de la víctima, creando en torno a ella un entorno hostil e intimidatorio. Por su parte, el acoso psicológico, también conocido como mobbing, consiste en hostigar a la persona en plantilla hasta provocarle miedo, incertidumbre, baja autoestima, desánimo u otros efectos nocivos.
Por otro lado, el acoso laboral puede darse a diferentes niveles dentro del organigrama empresarial, según cuáles sean los cargos del acosador o acosadora y la víctima:
- Acoso vertical descendente. Se produce cuando el acoso lo realiza un superior hacia una persona en plantilla de rango inferior en la empresa.
- Acoso vertical ascendente. Se produce cuando el acoso lo lleva a cabo un trabajador o trabajadora frente a un superior jerárquico suyo.
- Acoso horizontal. Es el que tiene lugar entre personal de igual rango.
¿Por qué resulta crucial para la empresa gestionar adecuadamente los casos de acoso laboral?
Son varias las razones que hacen imprescindible para la empresa gestionar eficazmente los casos de acoso laboral. Estaría por un lado la necesidad de generar un marco de protección integral que fomente un entorno de trabajo basado en el respeto mutuo entre todos los integrantes de la empresa, tanto directivos como todo el resto de personal. Conviene recordar en este sentido que el Real Decreto 901/2020 obliga a todas las empresas a establecer un protocolo frente al acoso laboral, sexual y por razón de sexo.
La gestión adecuada de los expedientes de acoso laboral resulta también crucial a la hora de evitar repercusiones negativas a la propia empresa. Es importante tener presente que esta, como persona jurídica, resulta responsable tanto de prevenir las situaciones de acoso que puedan acontecer en su seno, como de gestionarlas con garantía una vez se hayan, en su caso, producido. Decir a este respecto que si en el curso de una inspección llegara a detectarse que la empresa actuó con negligencia y no llevó a cabo una correcta investigación de la situación de acoso, podría enfrentarse a importantes sanciones pecuniarias. Más aún, la propia víctima podría en tales casos acudir a la vía judicial para que la empresa fuese condenada por no haber gestionado correctamente el suceso.
Ejemplos específicos de condenas por mala praxis en la gestión de expedientes por acoso laboral
Es amplia la casuística sobre sanciones a empresas que no supieron gestionar con eficacia determinadas denuncias por acoso. Uno de los más sonados es el de Mercadona, demandada judicialmente por dos trabajadoras cuya situación de víctimas de acoso sexual se vio agravada por no haber tramitado la compañía de manera adecuada las previas denuncias de estas. El juez estimó la demanda presentada y condenó a la empresa a indemnizar a dichas trabajadoras con 150.000 euros.
Ni siquiera la Administración Pública se libra de estas condenas. Así, un juez de lo social fijó una indemnización de 90.000 euros a favor de una funcionaria del Cuerpo Nacional de Policía que denunció por acoso laboral a su superior directo y a un subordinado de este, a resultas del cual fue degradada en sus funciones. Puedes ver la noticia ampliamente detallada en este enlace.