Ya sabrás que tan importante como hacer algo bien es saber contarlo bien. Y ya te habrás dado cuenta de lo esencial que resulta para cualquier organización el hecho de comunicar de una manera respetuosa con la igualdad de género tanto de puertas para fuera como de cara a los miembros de la organización.
La comunicación inclusiva es una de las claves de la igualdad en el trabajo a la que siempre debemos aspirar, y tal vez la más olvidada de todas; de poco sirve poner en marcha un plan de igualdad de lo más eficiente si no mantenemos patrones de comunicación que estén a la altura. En esta entrada de nuestro blog tienes una guía rápida para comunicarte de manera inclusiva.
El concepto de comunicación corporativa inclusiva
Podemos definir la comunicación corporativa inclusiva como un estilo comunicativo que toma en consideración la diversidad de sus miembros y del medio social en el que existe, tanto en el fondo como en la forma. O sea, que da a entender que valora positivamente el sentimiento de inclusión de los empleados y cuida que quede de manifiesto a la hora de expresarse como organización.
Si bien es un concepto que proviene del ámbito del marketing, y que tiene en cuenta criterios de género pero también de raza, edad, tendencia sexual, procedencia geográfica o discapacidad, es muy valioso en el terreno de las políticas de igualdad, partiendo del hecho de que la forma de hablar condiciona la forma de pensar.
Así, para el caso del género, sería el conjunto de prácticas comunicativas de una organización orientadas a promover la igualdad entre hombres y mujeres y evitar la discriminación por razón de género, sexo o identidad sexual dentro y fuera de dicha organización.
Las claves de la comunicación inclusiva
Tras la comunicación inclusiva subyacen varias ideas que debemos conocer y comprender para entender la legitimidad de este modelo comunicativo. Estas son las esenciales (en cuanto a igualdad de género se refiere):
- Sistema sexo-género. Las relaciones entre estas dos nociones (que no son lo mismo) son complejas y conflictivas, pero entender que el sexo biológico genera estereotipos y sesgos de género es el punto de partida.
- Lenguaje inclusivo. Uno de los caballos de batalla de la igualdad, no siempre bien comprendido y aplicado (sobran los ejemplos). El masculino genérico defendido por la RAE se cuestiona por su androcentrismo.
- Lo que no es el lenguaje. Dice Adecco que la inclusión también está en el mensaje y en la actitud con la que nos comunicamos. De hecho, debería ser lo primero y principal a tener en cuenta en nuestra comunicación inclusiva.
Pautas esenciales en la empresa
A continuación tienes los criterios que nos parecen esenciales para una comunicación inclusiva en la empresa en cuanto al género se refiere (aunque se aplican con otros colectivos), acompañados de algunos ejemplos para que sea más claro:
- Dar visibilidad. Cuándo hablamos de los empleados, ¿nos referimos también a las empleadas? ¿Qué problema hay en decirlo con un lenguaje más neutral?
- Designación simétrica. El tratamiento diferencial denota una concepción diferencial. Un clásico: referirnos a hombres por su apellido y a mujeres por su nombre.
- No son una categoría aparte. No hay ninguna necesidad de, por ejemplo, establecer directivas de vestimenta para mujeres (y no para hombres).
- Orden no es jerarquía. ¿“Los y las”, o “las y los”? A nuestro modo de ver, la mejor manera de mostrar que no es relevante es ordenarlos indistintamente.
- No al rol de género. Nos importan las personas y su trabajo, no su género. Así, “las mujeres del equipo rinden tanto como los hombres” sería inadecuado.
- Frena el sexismo lingüístico. El lenguaje puede tener una carga sexista; locuciones como “sexo débil” dan buena fe de ello.
- Representaciones gráficas igualitarias. En imágenes, cuida el equilibrio numérico entre géneros, las actividades que desempeñan, su tamaño y ubicación.
- Explicita la no discriminación. Una frase tal que “esta empresa vela por la igualdad entre hombres y mujeres” nunca está de más.
- Modelos positivos no sexistas. Las campañas publicitarias son el momento perfecto para ser proactivos, como el “igualito que nadie” de Dodot.
Más importante, lo que hay detrás
Tras una comunicación inclusiva tiene que haber políticas igualitarias sólidas. Un plan de igualdad a medida te ayudará a perfilar mejor tu comunicación, y lo que es (mucho) más importante: a velar por esa igualdad en el seno de tu empresa.