Acoso-laboral

Las desigualdades entre hombres y mujeres se manifiestan de manera muy visible en el ámbito laboral. Por ello es necesario (y obligatorio) que las empresas pongan en marcha Planes de Igualdad y medidas que puedan garantizar un clima laboral adecuado y justo para todos. Entre dichas medidas está la de asegurarse de que no haya ningún tipo de acoso sexual en el trabajo ni acoso por razón de sexo.

Este tipo de acoso surge de los estereotipos sociales de género y de las construcciones que estos acarrean en el ámbito laboral (relaciones de poder, puestos tradicionalmente vinculados a la figura masculina, asumir que las mujeres están menos capacitadas para desarrollar ciertos trabajos y un largo etcétera).

Es importante diferenciar cuándo estamos hablando de acoso por razón de sexo y cuándo se trata de acoso sexual.

A continuación hablaremos del acoso sexual en el ámbito laboral, los tipos que existen y cómo detectarlo y prevenirlo.

Tipos de acoso sexual

Podríamos hablar de dos tipologías de acoso sexual.

Por un lado, el conocido chantaje u hostigamiento, en el que el acosador ejerce un abuso de autorizar puntual sobre la víctima, obligándola a aceptar propuestas de tipo sexual para que sus condiciones de trabajo o su carrera profesional no se vean afectadas.

Lo diferenciaríamos, en esta clasificación, del acoso sexual ambiental. Este se da de manera general y continuada, con conductas humillantes persistentes que normalmente incluyen comentarios ofensivos, bromas sexuales, comentarios físicos o alusiones a la vida íntima de la víctima.

Conductas y ejemplos

Son muchos los comportamientos susceptibles de ser considerados acoso sexual en el trabajo, cada caso es diferente y hay que tener en cuenta la situación de cada persona y el contexto particular que la rodea.

Acoso-sexual

Sin embargo, hay conductas y comportamientos que se repiten de manera significativa en los casos de acoso sexual. Tales como:

Estadísticas y consecuencias del acoso sexual laboral

En 2014, una encuesta realizada por la Agencia de Derechos Fundamentales de la Unión Europea a 42.000 mujeres de 28 países, dio a conocer unos resultados según los cuales más del 55% había sufrido algún tipo de acoso sexual, habiéndose producido más del 32% de estas situaciones en el ámbito laboral.

En España, entre 2008 y 2017, las inspecciones de trabajo estudiaron cerca de 3.000 casos de acoso sexual en el trabajo, pero los datos no son del todo concretos ni fiables, ya que muchos casos nunca llegan a ser visibles ni denunciados. En concreto en nuestro país solo se denuncian un 8% de los casos, frente a un también bajo 14% en la Unión Europea.

El hecho de que un número tan amplio de mujeres se vean involucrada en un conflicto de acoso en el trabajo es preocupante para la sociedad y para la empresa. Las consecuencias de esto aparecen tanto en la propia salud de la persona acosada y su vida personal (trastornos del sueño, ansiedad, depresión, etc.), como en su relación con el trabajo y la empresa (disminución de la productividad y la motivación, absentismo laboral, etc.)

Visibiliza y actúa…

Hablábamos en el apartado anterior de que muchos casos no llegan a ser denunciados, esto se debe a que las víctimas muchas veces se encuentran en una situación de vulnerabilidad e inferioridad.

Por tanto, las empresas tienen la responsabilidad de llevar a cabo buenas prácticas en materia de igualdad que incluyan formación y sensibilización acerca del acoso sexual laboral, con formaciones y talleres específicos. Así como poner a disposición de la víctima y los posibles testigos los canales adecuados para la denuncia.

Estos son puntos que forman parte del protocolo de actuación ante el acoso sexual en el trabajo que todas las empresas deben tener. Encontrarás toda la información relativa a ello en este mismo blog.

Si necesitas más información o asesoramiento, también puedes ponerte en contacto con nosotros sin compromiso.