A lo largo del tiempo se han ido generando estructuras de poder basadas en los estereotipos sociales de lo que significa ser hombre y mujer. Para ir rompiendo esas barreras entre los géneros y lograr cambios positivos en la sociedad, es imprescindible educar en igualdad y crear nuevos referentes sólidos.
Desde Igualándote estamos comprometidos con la igualdad. Por eso queremos recalcar que, además de las actuaciones puntuales inmediatas, la igualdad se debe cimentar bien desde la base. Los niños y niñas van construyendo su personalidad a través de lo que ven cada día, tanto en el colegio como en casa. Desde la familia debemos intentar dar a los menores las mejores pautas posibles, ¿qué podemos hacer?
Fuera los estereotipos
En la niñez todavía se está libre de los prejuicios sociales que posteriormente vamos interiorizando y asumimos como la realidad. Los estereotipos se manifiestan en muchas situaciones del día a día, es crucial identificarlos y evitarlos; la edad temprana es el momento de inculcar valores sanos.
Un ejemplo: permite y anima a tu hijo o hija a apuntarse a la actividad extraescolar que le apetezca, sin tener en cuenta si es una actividad considerada tradicionalmente típica del sexo opuesto. Las niñas pueden ir a judo y los niños pueden practicar gimnasia rítmica.
Trata de evitar también los estereotipos en los juguetes y la ropa. Si a un niño le gusta el rosa, no debes decirle que es un color de chicas y que no puede usarlo. Es importante respetar sus gustos y no quitarles la libertad de manifestar sus preferencias a la hora de vestir o elegir juguetes.
Ojo con el vocabulario
El lenguaje es muy poderoso, para bien y para mal, así que debe ser algo que tengamos muy presente a la hora de educar en igualdad. Todos debemos revisar lo que inconscientemente hemos aprendido y evitar esas frases machistas que muchas veces repetimos sin darnos cuenta.
A la hora de hablar manifestamos muchos micromachismos. Frases como “los hombres no lloran” o “siéntate como una señorita” alimentan los estereotipos tóxicos y pueden causar mucha frustración e inseguridad en los menores.
Además de esforzarnos en usar un lenguaje más inclusivo, debemos hacer ver a nuestras hijas e hijos que no hay por qué comportarse de manera diferente dependiendo del género. Es importante superar barreras: no pasa nada por verse identificados con algo que históricamente esté muy asociado con el otro sexo.
Encuentra nuevos referentes
Los estereotipos de los que hablamos están presentes la mayoría del tiempo en todo el contenido cultural al que accedemos. Desde libros hasta películas. Los personajes femeninos suelen representarse como débiles y emocionales, mientras que los masculinos se muestran fuertes y poderosos, y normalmente… salvan a la princesa de los apuros. También se reproduce la figura de la mujer madre y el hombre trabajador. Pero no te preocupes, hay otras opciones con más diversidad.
En los ámbitos del arte, la historia y la ciencia no se ven muchos personajes femeninos relevantes; es vital desenterrar las historias de las mujeres y crear nuevos referentes para nuestros hijos e hijas. Hablar de mujeres que trabajan y tienen carreras importantes enseñará a las niñas que son válidas para desempeñar cualquier tipo de tarea, más allá de los cuidados.
Los referentes también están alrededor. Las historias y voces de las mujeres de tu familia y ámbito social también son importantes y están cargadas de conocimiento. El primer paso para fomentar la igualdad es desde las pequeñas acciones en el día a día, así que demos un buen ejemplo; ya está bien de dejar el trabajo de recoger la mesa solo a las mujeres.
Fomenta una buena comunicación
Otra de las bases de la igualdad es una comunicación correcta y agradable entre los integrantes del hogar. Quizás nuestros hijos e hijas se tengan que enfrentar alguna vez a situaciones de desigualdad, por eso es importante que sepan que hay otras opciones más allá y que sean capaces de comunicarlo y tener libertad de decisión.
También es fundamental que haya una buena comunicación para que los menores tengan confianza y seamos un lugar seguro al que puedan acudir si tienen algún problema o necesitan resolver cualquier duda.
Aprender a poner palabras a las emociones es la mejor manera de educar a personas que serán respetuosas y tolerantes con los demás, independientemente del género y los gustos particulares de cada uno.
Involúcrate en su aprendizaje
Implícate en el ámbito escolar y conoce el ambiente social que les rodea. Involucrarse en los grupos de padres y madres y poder proponer ideas para educar en igualdad tendrá un efecto positivo.