Los habituales de nuestro blog recordaréis que hace un tiempo dedicamos una entrada al Día de la Igualdad Salarial en España, que se celebra el 22 de febrero (y explicamos el porqué de esa fecha). Pero hay otra cita señalada en el calendario, y esta a nivel mundial: el 18 de septiembre, Día Internacional de la Igualdad Salaria.
ONU Mujeres declaraba en 2020 la observación de este día a nivel mundial como un recordatorio de las problemáticas económicas que envuelven la situación de las mujeres. Este año, aprovechamos la fecha para comentar un reciente y alarmante informe de la misma institución acerca de las preocupantes dificultades para alcanzar los objetivos propuestos: ¿tardaremos 300 años en ser iguales?
A trescientos años de la igualdad de género
La nota de prensa sobre el informe en cuestión es clara y meridiana: “nos puede llevar cerca de 300 años alcanzar una plena igualdad de género”. Precisando más, al ritmo que llevamos tardaremos 286 años en cerrar la brecha legal (leyes discriminatorias), 140 años para alcanzar una representación paritaria en posiciones de poder y 40 para llegar a una representatividad equitativa en los parlamentos nacionales.
Así, los Objetivos de Desarrollo Sostenible planteados en la Agenda 2030, y en particular el ODS 5 (Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas) queda en entredicho, por no decir que parece absolutamente irrealizable; “el progreso debería ser 17 veces más rápido del que se llevó a cabo durante la última década”, dice la nota de prensa.
Esta imposibilidad para alcanzar las metas fijadas no pasaría de ser un toque de atención de poca importancia (al fin y al cabo, los objetivos podrían ser tal vez poco realistas y demasiado ambiciosos), de no ser porque las tendencias detectadas en los últimos dos años van en la dirección opuesta…
¡Estamos retrocediendo!
Las alarmas se disparan cuando el informe advierte de recientes retrocesos en el camino hacia la igualdad de género. Hablamos de cuestiones tan básicas como la seguridad alimentaria, que, si bien afectan a toda la población, presenta un panorama especialmente dramático en los hogares encabezados por mujeres (en 2021, en zonas de guerra, el 38 % sufrió una inseguridad moderada o severa, frente al 20 % de los hogares encabezados por hombres).
Según otras cifras destacadas en la nota de prensa, los cierres escolares de 2020 generaron 672.000 millones de horas adicionales de cuidado no remunerado, de los cuales las mujeres cargaron con el 76 %; y, aparte de las pérdidas de ingresos fruto de la pandemia (estimados en 800.000 millones de dólares), la tasa de participación femenina en el mercado laboral ha descendido levemente, del 51,8 % en 2019 al 50,8 % en 2022.
Se cita la crisis sanitaria (e indirectamente económica) provocada por la COVID-19 y la reciente crisis de los combustibles como factores desencadenantes de esta marcha atrás, pero también los efectos del cambio climático y “los retrocesos en los derechos en materia de salud sexual y reproductiva”. El caso es que, como suele ocurrir, en los momentos difíciles los que más sufren son las personas en posición de desventaja.
En cuanto a igualdad en el trabajo se refiere…
Las cifras citadas más arriba acerca de participación en el mercado laboral y cuidados no remunerados nos llevan directamente a los temas más concretos de los que nos ocupamos en Igualándote, como consultora especializada en planes de igualdad en la empresa. Si bien el panorama español no es comparativamente tan dramático, nos encontramos a diario con casos flagrantes de desigualdad en el trabajo.
Dejando aparte otras cuestiones, como las situaciones de acoso (sexual o laboral) en el puesto de trabajo por razón de género, expertos como Chidi King señalan la igualdad salarial como uno de los fundamentos para construir la igualdad, apoyada por medidas de protección social, programas institucionales (como las políticas de conciliación o los propios planes de igualdad) y transparencia en las organizaciones.
En ese sentido, seguimos acompañando a las empresas en su implementación de planes de igualdad eficaces y totalmente alineados con la legislación vigente, para que sus esfuerzos por equiparar la situación laboral de las mujeres y los hombres den su fruto con menor dificultad y mayor seguridad.
Cada día, un pasito
Quizás no sea posible “arreglar el mundo”, pero sí podemos contribuir a hacer de él, poco a poco, día a día, un sitio un poco mejor para todos.